
Piano Bar se llama este libro, título que es un guiño a otros nombres, a espacios para solitarios que a media luz y por cientos se reúnen en su estado de ánimo, no por solitarios excluyentes.
Este libro tiene una dedicatoria, In Memoriam – Giovanni Vaccani y a continuación otra , - A mi Familia –
La autora prefirió no agregarle un prólogo. Cuenta con tres cantos, denominados en forma simple, con números, es decir, uno, dos, tres, esto es así y no canto uno , canto dos, etc..
Esta forma numérica no es casual, tampoco un intento de ordenación correlativa. A mi juicio, el uno, es el autor-sujeto, en forma objetiva debiéramos llamar hablante lírico, pero nos atrevemos a interponer a la autora, puesto que cada género literario tiene algo de las vivencias del creador, con más razón este trabajo, donde la poeta se involucra en forma directa, ya que el texto nace de un homenaje a un hombre desaparecido, cuyo nombre y sus implicancias continúan vigentes en la memoria de la poeta y ahora en este presente colectivo.
Entonces el uno se podría definir como la visión, el sentir de la autora-hablante lírica frente al amor desaparecido, amor genérico.
DOS, segundo canto de este libro, en el cual se va configurando la relación entre el hablante y el desaparecido, una relación que el homenaje y el recuerdo sitúa en el pasado, pero a través del hilo conductor que es un saludo a la música en este piano bar y a nombres de autores, literatos o músicos que se mezclan e interactúan, evocando lugares del mundo y pequeñas anécdotas, llegamos, por medio de este interrelación, a un tiempo presente, entonces esto ya no es recuerdo sino memoria, y esta memoria es, no las vivencias detenidas en una imagen, sino la capacidad de atesorar y actualizar el patrimonio de todo lo vivido.
TRES, entonces aquí ya estamos con alguien más involucrándose, tres, este es el número de las contradicciones, entre dos fuerzas siempre hay una tercera resultante, ¿es también aquí, la muerte, la convidada de piedra que concurre? Es el amor perdido para siempre a causa de una tercera persona que no se menciona y que su presencia es siempre parca?
Entonces, queda finalmente, en la eclosión del libro, una palabra proyectada hacia el futuro y dedicada a los seres amados, un mensaje decidido ante la injusticia y contra la guerra y una nota algo doliente que nace de los labios de quien presuntamente se suicida.
A manera de ejemplo quiero citar un poema, es tal la belleza de este libro, que a lo largo de él se podrían citar muchas metáforas, pero sólo me detendré en un poema, al azar.
Resistencia
Cada círculo
encierra una flor vencida
En lo hondo
su belleza intacta
prisionera de si misma
Bello este juego de contradicciones, mientras la flor explosiona, exuberante, se acerca a su fin, a su fin y a su muerte, aquí de nuevo estamos ante este viejo y hermoso romance del amor y la muerte, ante el amor que la belleza incita y expande, como el aroma de la flor que será absorbida por la muerte, pero la muerte jamás podrá incidir sobre lo que fue, la eternidad de su belleza.
Esta muy bien lograda esta fina alegoría, profunda, hermosa, con la levedad de quien toca un pétalo, una piel que fue, toda esta metáfora para presentar al ser amado marchito.
Y todo el libro también esta impregnado de este juego del amor y muerte, ella la muerte, depende de la vida y el amor juega en ella como los ritmos de una melodía ascendente, un jazz sincopado o armónico, Charli Parker brindándonos este guiño más allá de su tiempo.
Este romance me sugiere a Petrarca y su “conchetto” , la relación lúdica e inmensurable del amor y la muerte, de lo efímero y eterno, relación que luego explora la pléyade del Renacimiento francés y con más fuerza los poetas Isabelinos con John Milton en su “Paraíso Perdido”.
Este libro Piano Bar navega por la corriente más lírica o podríamos decir más selecta de la poesía, pero también se atreve a innovar, intercalando guiños a la realidad cotidiana con aportes coloquiales pero muy bien dispuestos, posee intertextos con distintos niveles de lectura y otras señas que con sus propios ritmos, nos sugieren una lectura comprensible más a través de los sentimientos que la razón, más de rebeldía que abdicación, con una metáfora profunda, perfectamente soportada en un intencionado y esporádico lenguaje coloquial, esta es la poesía con que nos recrea Cecilia Palma.
Hay por lo tanto y es difícil de expresar, un rescate del sentimiento, una creencia y fe en el ser humano más allá de los desencantos, una invocación de causas y actitudes como la música, los viajes, los diálogos reflejados en estos bares como refugio y ámbito de la actividad humana.
Cecilia Palma, comprometida escritora, dirigente gremial, con su tercer libro de poemas, entra a mi juicio al cuadro grande y prolífico de nuestra literatura, por su calidad indiscutible y por su novedoso aporte, Piano Bar se convierte en un libro necesario de toda biblioteca.
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