El brillo de
un sol moribundo seduce
ventanas y cortinas
es
la conversión de un suicida arrepentido
miles de diminutos brillos
que anegan sus guaridas
improvisando un solo de
poética resistencia
allí
las hojas de cualquier color y forma
en esa hora crucial
en esa íntima
son poseídas por el poeta
y sus delirantes contradicciones
él flanquea la huella asesina
y procrea una sencilla muerte
a la visión burda de los sentidos
el poeta
reinventa el prisma
Es un hidalgo que da rienda
a su florete de loca justicia.
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