El instinto de la sombra
se une a mis terrores diurnos
devengo en mantra los versos de Rilke
de escapar de los verbos
del perseguidor
y cansada de volver la mirada
unta su pluma en mis labios:
con exquisita furia
vuelve a la elegía
Un sueño a la carta
No hay comentarios:
Publicar un comentario